domingo, 24 de mayo de 2015

Divagaciones en mí

    Una vez más, el furor del viento, con sus susurros, evocaba tu recuerdo, la nostalgia de lo que fue. El recuerdo de mí misma entre dos aguas, ante el romper de mi corazón.
     Me transporto a ese momento, al instante más preciso en que siento que soy una bruma tangible que se funde y desemboca junto a tu almohada, y que yace contigo, en silencio, en el espacio que quedaba entre tu cuerpo y las sábanas cuando por mí flotabas, cuando enamorado me esperabas, mientras yo me marchaba: de tu cama me alejaba.
     Intangible me permito pasear y gozar des de fuera de una vida en la que intenté no actuar. Con sombrero oscuro y gafas de ala ancha me intenté camuflar: pasar desapercibida allá donde mi protagonismo era vital. Y la evidencia desemboca en un torrente de fuerza sin igual, que me obliga ahora a actuar.
     El tacón de mis zapatos me ayuda a esta más alta y me frena al correr y no sé a qué altura ni en qué punto te debería esperar: dónde me dejaría alcanzar.
     No puedo por menos que, en secreto, volverte a anhelar, cobarde en esencia, ando en deseos de dejarme llevar; aun cuando ya aprendí que debía dejarlo pasar, soltarte y que me dejaras marchar.
     Atravesé campos de Amapolas encomendando al opiáceo la tarea de hacerme olvidar, y como soborno no tenía qué ofrecer, tanto dormí antes que ya dudo de si funcionará.
     Mi desconcierto se convierte en espiral y me perturba hasta un punto insostenible ya.
     Una oportuna lluvia me saca de mi ensueño con su frescura, con un cambio de clima que, mi vida, sin duda, necesita.
     Cierro los ojos imaginando que se trata de una novela aún por leer, y que cerrando sus páginas evito que llegue a suceder, incluso me esfuerzo por empezar a borrar páginas que no logro recordar. Me consolaría creer que los momentos no están, sería más fácil que asumir que los borré, descubrir porqué los aniquilé.
     Secretos de una vida por recordar, de un Amor por alcanzar, de propósitos por lograr.

     Dilema del dolor de la cordura, de un anhelo de locura. 

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