domingo, 27 de agosto de 2017

¿Y si envejezco...?

No sé si hacerse "mayor" es duro, fácil o simplemente "esperable". Pero... ¿sentirse viejo...(cual objeto)? Eso debe ser una tarea de difícil digestión... y yo no tengo claro que mi estómago esté nunca preparado para una tarea así... Qué consuelo pensar que mi Cuerpo, Alma y Deseo protegen a mi estómago de ese sentimiento. ¿Puedo sentirme joven por siempre? ¿Puedo, tal vez, permitir a la felicidad que invada cada poro de mi figura para que con mil sonrisas la pena no torture mi digestión? Ni me planteo qué poder tengo, pues como ilimitado lo prefiero imaginar.  Pero a veces me invaden penas que no entiendo de dónde han de llegar... Echaré de menos el presente antes de haberlo podido disfrutar... En un disfraz de tiempo se esconden mis arrugas como expresión de felicidad: el gesto de cada sonrisa grabado a fuego en la epidermis queriéndose exteriorizar. Las lágrimas fruto de estar viva tatuadas en mis párpados como si fueran peso de la edad. Y el saco de experiéncias tal vez haga encorvar andares o se guarde en mis tacones para no quitarme mobilidad.
Los años, los andares...
La experiéncia, los amares...
Las arrugas, las felicidades...
Los días, sin pesares...
Y en cada abrazo hacia ti mismo ganas días de sonrisas que se canvian por infiernos contra los que luchar yo puedo.

viernes, 25 de agosto de 2017

Puedo ser tu otra pata, o ser tu zarpa... Disfrutaré acurrucada en tu regazo sin bajar la guardia, embaucada pero de alerta obligada... Solo quiero sentir el suave roce de tu pelaje acariciando mi Alma... sin preocuparme por nada. Quiero correr desnuda entre tus zarpas...


Reacciona, Blancanieves!



Se sintió a salvo Blancanieves tras correr por el bosque... Se sintió tranquila por fin... Encontró un lugar dónde esconderse fruto de su imaginación... Creyó estar a salvo porqué la protegían... Se olvidó de cuidar de si misma sin sentir que de ella depende su vida... No podía salir bien...
   Está bien encontrar enanitos que te acompañen, te comprendan y te ayuden a ser feliz en tu vivir. Pero no puedes delegar en nadie: cada una ha de aprender a ser feliz. Al encontrar pequeños príncipes de los que no sentía que debía huir decidió aplazar su búsqueda de la vida que debía construir y bajó la guardia al mundo olvidando la importancia de permanecer en su vivir. Los peligros fueron olvidados en una inconciencia de ajena protección. ¡Reacciona Blancanieves! Planta tus zapatos en la vida que tú debes vivir. Dormida se te olvida la enseñanza, esperando al Príncipe te olvidaste de aprender... ¡Despierta por ti misma! Tu camino aprende a andar! Respirando la Vida seguro que el Amor te llama, no quieta esperándolo venir... Goza de ser quien eres y si gustas busca con quien compartir, pero no esperes guardianes que hagan la labor que has de sentir...
Siente, camina, vive y sufre para aprender. No esperes caminar andanzas que no són tu porvenir...

domingo, 13 de agosto de 2017

En mis huellas

Las yemas de mis dedos guardan secretos tremendamente arraigados. Y cada vez que recorren tu espalda te están hablando de ellos... son mis dos labios,  mil estrellas; son los bolsillos dónde guardar todas las fechas. No son las yemas de mis dedos: son la raíz de mis celos... són las que habitan mis sueños cuando quieren clavarse en tu pelo.
Maúllo a través de mis dedos. Cicatriza mi piel gracias a mis huellas. Cada caricia que te hago es poner mi Alma en tu suelo. Mi corazón en tu pecho. Y me desgarra cuando no puedo hacerlo... cuando por más que estire los brazos a tocarte con mis dedos no llego.
Es desde que perdí mi voz que me pasa esto, desde que mis gritos se ahogaron en el desierto. Fue entonces cuando actuaron las yemas de mis dedos; fue en ese instante en que se apoderaron de los recuerdos. Cada vez que miro mis dedos soy hielo... porque guardé ahí mis sentimientos guiada por el miedo. Convencida de nunca tocarte, nunca descubrirías en ellos lo que siento. Y ahora tengo miedo de que al rozarte me veas, te rías, y te burles hasta las yemas arrancarme. Me apresa el pánico ante la idea de no saber lo que llevo escrito por haber sido ajenas las letras sin haberme dado ni siquiera cuenta.
Desconozco a mi piel, la ignoro por defensa y siempre tengo a punto esparadrapo para amordazarla, para acallarla. Reniego de sus enseñanzas. Envenena mi piel con tu desdén... ¡hazlo! Sabes hacerlo bien. Resquebraja cada poro ante tu indiferencia para que la vida me brote del pecho y me abofetee y me despierte.
Te pido que me mates... que me aprietes hasta asfixiarme. Quiero notar como antes de que muera de nuevo mi corazón late
Perdida la vida entre las manos, mis raíces buscan fuerzas con las que volar. De inerte tronco, de malestar desolador... No importa quien llore tu pena... te llevas el dolor.  En cada rama un aliento y en cada hoja un corazón. Suplicando al viento que de nuevo te meza, que se acuerde de que soy yo: el fiel tronco que el agua anhela, el que flotar desea... El que se arranca a si mismo de la tierra por provar una nueva empresa


Esta imagen de Mark Ryden es la creadora de mis palabras

Me arañan la piel los minutos que paso mirando a los monstruos de mi cabeza. Me exigen reinversión las horas que malgasto en comprenderlos. Los segundos en mi oído chirrian lanzándome insultos hasta que rebosa la botella por la que se escapa mi esencia. Solo comprendo al final, que su deformidad agudiza mi belleza. Y que cada vez que mi tacón clavo en su ojo siento que de ti por fin me despojo.


Gracias Mark Ryden por esta imagen que parece salir del mismo cajón que mis letras...

Soy la carne de mis visceras, la alegría de mí misma. Soy la desnudez de mi Alma tras tacones escondida. No soy otra que yo: mi niña


De nuevo disfrutando de Mark Ryden para acompañar mis letras... o mis letras acompañando, una vez más, una de sus maravillosas imagenes.

Tentadora la inocencia de apariencia incierta... Afilados no parecen los dientes del lobo cuando de dentro del cordero asoman... Feliz niñez que en ti habita: extrema precauciones... pues hasta el más dulce bosque te mastica


Una inspiradora Imagen de Mark Ryden

   Es desde mis vísceras de donde salen mis emociones... De donde brota el dolor por los engaños, allà donde aflora mi sentir más puro que no corrompes. El desdén que me ahorro para que vivir no duela. Es en mis manos donde salen las llagas de apretar las piedras que a tu ventana no lanzo. Es de mis llagas desde donde gritan mis adentros. No es otro que mi cuerpo el que se pone enfermo: el que gime desde dentro. Y adoro el calor de mi sangre al brotar por mis muñecas por los estigmas de tus piedras, de las que lanzaría a tu cara esperando enviarte cada una de mis llagas... para verte desangrarte... Para admirarte en la agonía que te devuelve la vida. Y siento el autocontrol que arde y quema ardiendo en mi sangre con el poder que me pretende... Y al abrirse mis brazos agarro al mundo... y lo estrangulo; y le hago pedir disculpas entre sollozos cuando exhala su suspiro...


Una maravillosa imagen de Mark Ryden