martes, 7 de marzo de 2017

     Debimos utilizar una polea maltrecha para bajar el cielo a nuestros pies: pues fue la única manera de poder ser yo "tu Luna y tus Estrellas" y tú "mi Sol" condenándonos así a no vernos... 
     "Luna" y "Sol" ¿cómo se nos ocurrió llamar así a nuestro Amor? ¿Cómo utilizar antagonistas de tiempo, que por falta de coincidencia no pueden perpetuar un Amor...? Condenado a lo extinto y pretendiéndolo eterno cuando va contra la creación. 
     Ahora lo veo al pensarlo. Nos imaginamos por tiempo en un firmamento que nos acogía a los dos. Dónde hasta las lágrimas eran Diamantes de incalculable valor; donde mis tacones se clavaban en tus nubes y tus rayos bronceában mi palidez. Un arco iris de colores en tu rostro fue lo que me enamoró, y a ti mi luz te pretendió de tal forma que las promesas botaban de tus dedos acariciando mi Amor.
     Y se nos cayó el cielo a los pies y danzamos sobre él como si la importáncia del mañana se desvaneciera entre mis alas. Y me imaginaba tus brazos como la residencia de la morada eterna. 
Pero todo cambió... se tornó de otro color. Cuando la noche y el día se cansaron de no poder seguir... ingenuos fuimos de no verlo venir. Te digo "mi Sol" adiós, que de cuarto menguante a Luna Nueva me voy, para desaparecer de tu cielo y dejarte así partir...
Procuraste ponerte delante, muy cerca, para que no pudiera por menos que mirarte, sin empujarte... Pero me pudo la desidia de un Amor que de imprudencia se marchita... El egoísmo de uno mismo que no se ve capaz de hacerse dos... 
El del cielo que se nubla para disimular que se quedó sin Sol... el que se inventa una niebla para que nadie vea que su astro le traicionó...