jueves, 30 de noviembre de 2017

"Soplidos de Tiempo"

              Se tornan momentos los recuerdos
               cada vez que soplas lento tu deseo


Es por esto que aprieto fuerte mis pétalos:
Para no perderme nunca entre el viento. Esperando deambular sola hasta que perderme se convierta en mi momento: 
El de superar el miedo.

lunes, 27 de noviembre de 2017

SOY

Es mi silvido el que hace temblar los oídos del viento. Son mis pisadas las que hacen quebrarse al suelo. Es el sonido de mis aplausos el que causa estragos. Es cuando danzo piruetas que se provacan los tornados. Cuando tiemblo en el agua me sobrepasan las olas. Soy la Fuerza que da agujas al Sol para que de la hora, la que a veces tras de tí asoma. Soy la Fuerza que tropieza con las hojas pues se desconoce en presencia y no reconoce ni su propio aroma

¿A qué lado del espejo me espero...?

De cada madriguera bifurcaciones por cientos me atormentan. Deseando lugares en los que perderme temo a mis propios pensamientos. En anhelo de escondites me pierdo por encontrarme sin saber lo que  busco. A través del espejo... ¿estoy allí o al otro lado? Donde no encuentro derechas ni izquierdas por no encontrar mis dos lados. Mi parte cuerda se esconde bajo los refajos de la parte enajenada des de la que siempre hablo... Buscando mi conejo (no importa si no es blanco) para que me ayude con el camino a ver si así por fin me largo...

Una maravillosa imagen de Mark Ryden

¿Mis dragones...?

Me dijeron de pequeña que debia matar dragones. Aunque no me explicaron muy bien cómo... ¡Ah si! Ya recuerdo: debía esperar paciente y preciosa a que se fueran solos (en mi época ya ni creiamos en Sant Jordis que nos matarían un dragón a cambio de un polvo). Así que me puse unos tacones, un lazo y un tutú y a esperar la compasión de las tormentas de mi cabeza. De tanto taconear ya no tenía claro si se iban los dragones o de si a mi lado se quedaban sin que yo los oiera llegar. Y me acostumbré a vivir con ellos... Les cogí cariño al final y todo. De mirarlos a los ojos me di cuenta de que tal vez no era necesario matarlos... No sé... podría clavarles una lanza pero sin dañarlos... Establecimos así el juego de la princesa con su lanza matando dragones pordoquier sin sentir ni padecer. Sin que nadie pudiera rasgar para nada mi falda. Haciendo el paripé cargando dragones a la espalda con los que aprendí a entenderme bien. Pero era broma todo: yo nunca los maté. Reeduqué dagones grandes, fuertes y de todos los colores solo mirándoles a los ojos durante años y aprendí tanto de su mano que sería incapaz de hacerles  daño. Dragones reintegrados con una lanza inventada que en mis manos no hace daño. Pues lo que a sangre duele no a sangre muere...


Una maravillosa ilustración de Mark Ryden

Mi hinojo

Me saca una sonrisa tu torpeza mientras espero reirme con tus titubeos. Anhelando notar el reflejo de la inocencia en tus dedos... y querría que supieras quedarte ahí durante un tiempo: lento...
    En el inhojo que habitan los caracoles esperando ver la vida disfrutar de la pradera que da brillo a tus ojos.
    Y ser felices en un otoño que nos permite abrigarnos al calor del Sol que nos regala la piedad que precisa el momento.
    Porque al dejar pasar las estaciones sin mirarlas me quedé estancada en un verano eterno que no es más que un invierno perpetuo. Pero yo vivo en mi engaño. Porque busco sonrisas bajo piedras por no mirar en los amarios.

Tuc

     Me he saltado tantos TAC por TIc que ya no doy la hora sin titubear segundos por cientos hasta que me acuerdo de latir