domingo, 3 de julio de 2016

     Es cierto que a veces vuelo...
Casi tan cierto como afirmar que los aterrizajes son realmente forzosos.
     Y no hay nada más verídico que afirmar que en el fonde me encanta estamparme:
     Con cada golpe aprendo a saltar más alto para ver si al caer aún más me duele.
     Porqué con el dolor descubrí que aún siento, que quedan cosas que me remueven aún por dentro:
     Descubrí que estoy viva en cada lágrima que me encharcaba por dentro.
     Había llenado charcas y océanos con ellas, si no hubiera intentado que se las llevara el viento esperando que el desierto fuera a su encuentro.
     Viento y arena, volcán de emergéncia y hasta algún tsunami en mi pecho. Soy un fenómeno atmosférico adverso y dan tormentas con viento de levante y a lo mejor hasta echo a volar (solo para estrellarme).
     El huracán es mi tornado y me vapulea de lado a lado buscando tu presencia (entre mis piernas). Para estrellarse en tu pecho, donde  a veces también me quemo.
     Tarta de fresa, melocotón en almívar, nata para montar y pónmelo todo para llevar...