Hace tiempo
que no me paro a contar horas.
Hace minutos
que no se me acaban los días.
Y por cada lustro que malgasto
siento casi como me fundo.
Me estremezco con el "tic tac"
de mi pulsera
cada vez que me aparto el pelo,
porqué me recuerda que es cierto:
que hace ya demasiado
que te espero
Se parece al sonido
de los hielos
cuando chocaban en mi copa,
cuando te esperaba... sola
Me recuerda
al ruido de mis tacones
al ir inquietos en tu busca.
Puedo oír en él las campanadas
que repican
proclamando nuestro Amor
porque no había nada más importante
por lo que despertar a un pueblo entero.
El "tic tac" de mi pulsera
suena como el chasquear de mis dedos
cuando intento detener el tiempo.
Enganchada a mi muñeca
me recuerda el paso
de tu cuerpo.
No me dice cuánto más
aguantará tu olor
en mi cuello...
Pero me advierte de que acabará sucediendo...
Quiero arrancar cada minuto
para que se alarguen las horas,
porque aun no tengo claro
qué quiero.
Los días prometieron curarme,
se lo dijeron a las lágrimas
de mi espejo.
y me explicaron cuales eran sus planes:
querían, poco a poco,
de mi corazón sacarte,
de mi mente borrarte.
Y me asusté
porque temí entonces
que estuvieras preso en el reloj
y de nada le sirvieran,
a los días,
sus planes.
¿Y si no quiero olvidarte?
Se le ha olvidado
a la aguja de las horas
que no hay dolor suficiente
capaz de hacer que no quiera
recordarte...
Me arrancaría el reloj
y lo haría volar por el balcón.
Pero creo que vives
en sus agujas
porque así lo elegí yo
Y sola en el bar
suenan mis tacones
buscando hielo
que tengo demasiado que explicarle a mi reloj.