sábado, 25 de abril de 2015

Tiempo para un presente

     Entre las lágrimas por el ayer y las sonrisas pensando en el mañana hay un tiempo que no podemos olvidar: hoy.  

   Si llorando un pasado sonreímos a un futuro, se nos gasta el tiempo sin invertirlo en el presente, y así las sonrisas no acontecen y las lágrimas no cesan...



jueves, 23 de abril de 2015

Princesa y Dragón

     Es un poco raro vivir en un pueblo que tiene su propio dragón... Bueno, en realidad creo que es más nuestro de lo que creemos. Apareció un día, cierto es... Pero eso de que venía de otro pueblo, pues como que no lo tengo claro...
    A mí me da que éste viene directamente para nosotros, por nosotros...
     Hay quien teme al fuego que emana de su boca, hay quien sufre de pavor al ver sus dientes, y también quien tiembla solo de pensar en sus poderosas zarpas.
     A mí me parece, la verdad, que es un dragón con presencia. Con un saber estar que en otros dragones jamás antes vi, una seguridad y una confianza en sí mismo que realmente me encandila, me da envidia. Y creo que eso me asusta más que su fuego: no duda, no hay titubeo alguno en su actuar.
     Los animales mueren entre sus fauces asumiendo un destino certero. Hay sumisión, no dudan sobre lo que va a pasar: la sombra del Dragón les gana en fuerza y dimensión, y ellos abrazan su destino sin prácticamente protestar. En cambio nosotros, cedemos al miedo. Buscamos donde encerrarnos desando que desaparezca, sin asumir que no va a ser así…  Y por no morir elegimos una vida que no vivir: encerrados en paredes que se ven absurdas para luchar contra el Dragón. Y no reaccionamos… Nos sentamos a temblar esperando que se solucione todo al soplar una Amapola o al desearlo al temblar.
     Miedos y penas acumulados en el aire, se respira en color gris y negro y te ahogas, intentando respirar un aire que desprecias porque te llena de desmotivación.
     Y no se puede sucumbir, no podemos permitirlo más. Cada uno elige su destino y cómo afrontarlo, y yo me cansé de llorar. No hay sorteos que valgan porque yo elijo mi destino, y ya no veo más opciones que mirar de frente al miedo y enfrentarme a él.
     Y no vale la pena vivir así. Entre lágrimas, temblores y una inyección de valor me encuentro ante su cueva. No hay sorteos ni azar, es mi propia decisión. Su inmensidad se hace presente ante mis ojos, y mis pupilas se dilatan pretendiendo aparentar. Controlo el temblor de mis piernas y mantengo firme la mirada. Sus ojos se clavan en lo míos y la ironía de su sonrisa crece con cada respiración. Pasamos así un rato indefinible y siento como si le robara su valor. Rojo color fuego son sus ojos que se clavan en mí pretendiendo hacerme arder… Mas no va a ser así: ¡No lo podrás conseguir!
     Y el rojo de su fuego es cada vez menos intenso, y mantener la mirada ya no resulta costoso, va cobrando ese misterio que descubro en su sonrisa: camuflada de ironía pero de nervios e incerteza llena. Ambos teníamos clara mi desventaja imaginaria, y en mis ojos se cuestiona la realidad de dicha apreciación.
      Su presencia no es tan firme, ni la mía languidece. Ya nada es lo que aparenta, la verdad sobre nosotros se cierne. Su postura cambia y el dragón empequeñece y justo entonces no es otro que San Jordi quien aparece…
    Inoportuno como siempre anhelando medallas de ajenas batallas. Blandía ya su lanza y para atacarse se preparaba, sin mirar y sin fijarse en nada.
   ¡Para! ¡No es tu batalla! Mantente al margen, caballero, y no pretendas salvarme de aquello en lo que creo. De mi fuerza, de mi valor, de derrocar la dictadura del pavor.
Quédate y mira si lo deseas, y espera que soluciones ésto, que libre mis batallas. Y cuando acabe con ello podré ser tuya si así lo deseo. Pero no puedes salvarme de mis miedos, de mis batallas y mis deseos. Esto es mío caballero y con esto y más, puedo…
     Si te necesito no dudaré en llamarte, sé que estás, pero no precipites tus andanzas salvando a quien no se ha perdido. Espera paciente, caballero, cuando mis batallas libre podré escucharte.
     La mirada del Dragón ya no es tan fuerte, ya casi ni duele. La rabia que lo magnifica desaparece ante mis ojos, por mis ojos… y cuando al acariciarlo se funde, entiendo qué es lo que quiero: mi vida en mí, conmigo y por mí. Asumiendo el miedo, cogiendo mi fuerza y dejándome ayudar, aprendiendo a escuchar.

     Es ahora caballero, cuando te puedo sentir, sin batallas en medio que quieras librar por mí.  




FELIZ DIADA DE... ¿SANT JORDI? 
FELIZ DIADA, VUESTRA DIADA


Imagen de https://www.flickr.com/photos/dulcedecoracion/3532805053/







martes, 14 de abril de 2015

Como una rata Tonta


    Como la “Ratita presumida”: como esa ratita que se gastó todo su capital en ese lazo, y lo necesitaba para sentirse guapa. Porqué necesitaba olvidarse de su escoba y su escalera para que su cola luciera contenta: enlazada en rosa. Así me sentía…
     Necesitada de que todos los animales del lugar se pararan a mirarme, se entretuvieran a desearme, a mentirme diciéndome cuanto me podrían Amar, o diciéndome cuanto me harían disfrutar. Así me sentía de estúpida: esperando que mientras barro alguien me ofrezca un plan mejor que sola no me atrevía a hacer.
     Así me lloro: como un roedor absurdo cuyo cuento nadie se molestó en escribir. Perdida entre gatos cansada de esquivar lindas ratitas de sincero sentir.
     Aún más tonta que rata por regalar mi cola a cualquiera y rechazar al que pedía mis ojos y mis sonrisas.
     Luciré digna mientras tenga un lazo que ponerme  y un tacón donde perderme.
Y si barriendo mi escalera, ruedo abajo y no sé dónde voy a parar, probablemente me volveré a levantar.
     Y me descubro haciendo hipótesis donde antes hice afirmaciones, y titubeando ensayos de palabras que antes fuero tajantes afirmaciones.
     Tal vez de tanto barrer me entró alergia al polvo, esperando a que llegara algún galán con un aspirador.
     Pues mi capital lo invertí en lazos  y ahora me toca fregar: fregar el rastro que dejaron mis deseos, mi falta de conciencia en mi actuar. 




Imagen obtenida de: 

http://www.educa2.madrid.org/web/centro.cn.perales/recursos/-/book/cuentos-infantiles;jsessionid=811386D16050DB02273A49C7B5F4CA17?controlPanelCategory=portlet_book_viewer_WAR_cms_tools&_book_viewer_WAR_cms_tools_chapterIndex=a9c9133b-7f35-4979-be55-368973d90c3f



domingo, 12 de abril de 2015

Mis momentos, Nuestros momentos

Los momentos que para mi guardo,
los instantes en que en mi piel ardo...

No son otros que recuerdos,
imágenes de tí almacenadas,
relatos de nuestras vidas pasadas.

Son momentos que guardé,
esperando encontrarlos al final del viaje,
y tratarlos como si de rubíes se tratase.

Esa libreta donde anoto los deseos
que a veces coinciden con recuerdos
y sonrío mariposeando ratos nada breves.

Necesito escribirlos con tinta perenne
porque tal vez el mejor lugar donde guardarlos
no sea mi mente.

Recuérdame en tus letras que te Amé,
para que mis ojos lo recuerden,
aunque está grabado en mi piel
con letras incandescentes.



martes, 7 de abril de 2015

Esa Niña especial...

     Hay alguien en el Mundo a quien tienes que cuidar, mimar, proteger y Amar por encima de todas las demás personas, más que a ninguna otra cosa: A TÍ.
 A esa niña que tienes, que fuiste, que eres. Esa niña a quien si tú no cuidas nadie lo hará por tí. No puedes pretender Amar sin Amarte ni que te Amen sin Amarte. 
                        Enamorate de tí, y podrás enamorarte de él...
Nunca olvides lo especial que eres, abraza y Ama los detalles que te hacen diferente, que convierten tu esencia en la más única y especial de todas.  


miércoles, 1 de abril de 2015

Soñando un anhelo

Una puerta (por fin) a mi medida

Tú, Estrella

Las Sombras de Alicia

Alícia, entre sus sombras, 

quiere ver sonrisas 

de verdad... 

de las que se sienten,

de las que se tocan,

de las que están. 

Harta de vivir tras un espejo

que le hace ver las cosas al revés 

No quiere tener que dar 

la vuelta a nada 

y ver todo (por fin) tal y como es:





Añora recuperar el rosa 

que hace tiempo perdió, 

ensombrecida en blanco y negro 

le cuesta más sonreír.  

Y busca una salida 

que le haga sentirse vivir 

Los lustros que cambié

Plantada ante el reloj, 
intento que su sonido 
me ayude a conciliar un sueño 
que hace años regalé al tiempo:
   Cambié lustros por minutos 
para estar a tu lado...
y ahora se me ha parado el reloj
 y no veo ni hacia donde ando. 

Consumido el tiempo en el anhelo, 
hipnotizo agujas sin "tic tac" 
intentando que vuelvan a sonar. 
Pero te regalé mi tiempo:
te lo di a ti confiando en tu buen juicio
y en lugar de ponerle un marco, 
de cuidarlo y perpetuarlo, 
lo arrojaste al Mar sin ni tan siquiera cuidar 
el momento de lanzarlo.