
Declaro la guerra al Rimmel
por violar la intimidad
de mis pestañas y atreverse
a teñir de negro mis lágrimas...
Por olvidarse de protocolos
y no dejarme disimularlas...
Por obligar (durante un segundo)
a verse desnuda a mi alma...
la sutileza no pueda imperar por mis mejillas cuando por ellas la pena se desliza...
Por no dejar que esconda mi llanto y pena... te declaro la guerra...
Y me pongo en tu bando por echarle ovarios a tus creencias!
Que brillen mis lágrimas del color que quieran, que no veo porque habría yo de tapar emoción tan sincera...
Por no dejar que esconda mi llanto y pena... te declaro la guerra...
Y me pongo en tu bando por echarle ovarios a tus creencias!
Que brillen mis lágrimas del color que quieran, que no veo porque habría yo de tapar emoción tan sincera...
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