Y pasa el tiempo... hacen mella los años... y el diente de león se convierte en una mala hierba que molesta en tu jardín: que quita espacio a otras plantas para las que a veces ni tenemos tiempo de sembrar...
Y la arrancas, de raiz... sin mirar... sin pensar en deseos, ni ilusiones, sin reparar en su belleza nunca màs...
Ya no hay deseos volando al viento, ni soplidos que su destino guiaban con su aliento...
Solo hay ojos desgastados de ilusiones olvidadas con un jardín lleno de pretensiones que olvidaron guardar lugar para deseos
